Luego de observar la dinámica que día a día deben sobrellevar los vendedores ambulantes, queda en evidencia la precariedad existente en sus rutinas, especialmente en aquellos que no cuentan con permiso municipal. Entre los principales afectados se encuentran los inmigrantes y personas de etnia mapuche, quienes se demuestran más oprimidos por parte de los organismos fiscalizadores, como el municipio y carabineros, los que actúan bajo la premisa de que se fomenta la delincuencia de una u otra forma, infundando el miedo de los vendedores por la retención de sus productos y la posterior multa, esto además de retener sus mercancías (en el caso de comestibles, botarlas) se procede a una demanda de dinero, disminuyendo su capital financiero y restringiendo aún más su rol laboral. Lo anterior, resulta altamente contradictorio, considerando que estamos situados en la región con mayores índices de etnia mapuche y donde más debieran protegerse sus derechos, sin embargo se les limita de desempeñarse ocupacional mente en el área laboral de forma efectiva, así como también de satisfacer sus necesidades básicas durante la jornada; por el contrario, es a estas personas a quienes más se les debería apoyar para que puedan vender sus productos de forma segura y así también fomentar la cultura e identidad de Temuco.
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